Elliott Murphy vuelve a Valladolid

La primera vez que vi a Elliott Murphy fue en el Café España y de aquello hace más de diez años. Yo no tenía ni idea de quien era el tal Elliott y cuando se presenta en el escenario sólo, con una guitarra, un sombrero y una armónica, pensé "La liaste Rafilla. Tanto venir sin mirar quien toca. Ya traen a  actuar hasta los que están pidiendo en el metro".

Esa noche, Elliott Murphy me enganchó para siempre.

Antes que nada, pedir disculpas a mis dos lectores por la larga ausencia. Podía poner muchas excusas, pero la verdad es que soy un vago.  Volviendo al tema, yo no conocía a Elliott Murphy, pero me tragaba todo lo que sonaba en Valladolid y más aún en el Café España, porque había descubierto que los programadores eran gente con gusto. Ya fuera Jazz, Rock o Flamenco. Por esa época, Valladolid se movía. Pude ver en la Salamandra a unos desconocidos Amaral en un concierto al que fuimos veinte mal contados (entre ellos Valentín, uno de mis dos lectores y al que por aquel tiempo no conocía, fijaaté, que diría martes y trece), a José el Francés, a Gemma y Pavel, otra vez a Amaral, ya con más gente (mi amigo Pablo, con mucha más visión que yo para descubrir talentos, guarda de aquella un disco firmado por Eva Amaral), otra vez a Gema y Pavel, maravillosos, a Jose Luis Gutierrez, a la Vargas Blues Band en sus comienzos, y un sinfín de músicos de Jazz, americanos sobre todo, de entre los que me gustaría destacar a Maliq Yakub, un saxo lleno de fuerza, pero también de sensibilidad, una vida especial que nos abandonó el año pasado y cuya reseña publicada por El PAÍS, debo recomendar a todos los que quieran aprovechar un poquito de su tiempo. La tenéis aquí: Muere el rey del Jazz

En fin, que aterricé por aquella época en el Café España y vi aquel primer concierto en Valladolid de Elliott Murphy. Con su sombrero y su aspecto de Willie Nelson (pero no tan decrépito), inundó de energía el espacio y me tuvo con la boca abierta dos horas en las que me estuve preguntando si el tío era tan bueno, por qué no había yo oído hablar de él.

Pues no había oido hablar de él porque en España, se mueve en lo que se llaman circuitos alternativos. Lejos de las grandes emisoras y medios creadores de opinión. Pero el tío es reconocido en el mundo entero como un artista que ha captado de forma particular la esencia del rock y es seguido por un público que no se si es muy numeroso, pero fiel. Yo ya le he visto tres veces y mi amigo Pablo más. Youtube está plagado de videos suyos.

La segunda vez le vi con un Olivier Durand que debía tener de aquella poco más de 20 años. Otro figura. En mi vida he visto tocar la guitarra así. Ellos dos solitos, con dos guitarras y la mierda de voz que tiene el Murphy, te llenaban dos horas de concierto que se te hacían cortas e insuficientes.

El caso es que los dos vienen a Arroyo de la Encomienda el próximo día 31. En un programa en el que estaban los Animals y se han caído, la organización ha tenido la feliz idea (para mi, no se si para ellos) de sustituirlos con estos monstruos. Ahora la formación se llama Elliott Murphy and de Normandy all stars, y he comprobado en internet que entre las estrellas normandas está Olivier Durand. Ya cuento los días para que llegue el 31 y busco socios que quieran pasar un rato inolvidable.

Os pongo un video de un concierto en París de la banda. Son dos guitarras acústicas, un bajo y un cajón, aunque parece el séptimo de caballería en plena carga. Si alguien es capaz de encontrar el Gloria de Van Morrison tocado por estos figuras con una calidad aceptable, que me mande el enlace que estaré eternamente agradecido.

Siguiendo la tradición, debo poner tareas a mis dos lectores. A ver si alguien me da referencias de un saxo tenor o barítono, americano, que tocó jazz en el Café España antes del 2000, negro, alto (muy alto), y con apellido sonoro tipo Washington, Hamilton, Harrison, o algo así. Otro bestia.

A raiz de esta entrada, me he enterado, como os he reseñado arriba, de la muerte de Maliq Yacub. Magnífico músico. Grande. Descanse en paz.