Tengo que reconocer que me ha impactado sobremanera que una figura pública, representante de una institución, admita públicamente que se ha equivocado, pida disculpas por ello y prometa corregirse en lo sucesivo.
El manejo de la situación que ha hecho el rey de España engrandece la institución que representa y, la humanidad con que se ha mostrado le da una dimensión nueva y le coloca en un plano muy superior a la mayoría de las figuras públicas que soportamos en el día a día de este país. Y díría más, es una lección para todos los ciudadanos.
Hace muchos años que la gestión de situaciones adversas han sido estudiadas en universidades y escuelas de negocio. Y en todas, o, al menos, en todas las que yo conozco, se enseña que la mejor forma para revertir una situación adversa es reconocer el error, pedir disculpas y mostrar que se aprende la lección y no se volverá a repetir. Es decir, el rey ha seguido al pie de la letra los cánones sobre gestión de cartera y fidelización de clientes, y además envuelto en un halo de sinceridad que remarca el efecto de manera definitiva.
Si el rey ha aplicado sus conocimientos o ha sido bien aconsejado, es lo suyo, debería ser lo normal en figuras públicas. Si lo ha hecho siguiendo su instinto o su corazón, es un fenómeno.
Con este episodio, lo que queda tristemente claro, es el nivel de preparación del resto de personajes que invaden la escena pública, especialmente de los políticos que nos gobiernan, que ante situaciones parecidas, han reaccionado de manera muy distinta. Pero no nos engañemos. Los ciudadanos tenemos mucha culpa de como se comportan nuestros políticos. La mayoría tienen la sensación de que son intocables, y de que, hagan lo que hagan, siempre habrá un montón de acólitos apoyándoles y atacando a quienes discrepen. Así que, como siempre, la culpa última y la solución está en nuestras manos.
En fin. Hemos dado un paso más, por lo menos ya hay alguien que pide disculpas. Que cunda el ejemplo.
Y lo dice un republicano de corazón. Chapeau por el Rey.
Pues amigo Rafa, estoy en desacuerdo, la disculpas me parecen infantiles, pueriles, una disculpa se argumenta, no se balbucea, una disculpa no necesita del asqueroso apoyo mediático que está teniendo para sonar verdadera. Me voy a exiliar a Bostwana. Por cierto grandes los chicos de Paramount Chanel programando Cazador Blanco, Corazón Negro, ayer Lunes 23.
ResponderEliminar